miércoles, 16 de enero de 2013

Delirios de un aprendiz de escritor III - Un desafío romántico

Estimados lectores,

¿Saben qué? Me apetece hoy hablarles de usted, que es una fórmula que se ha perdido mucho. Y no es por respeto exactamente. Quisiera distanciarme un poco de ustedes -formalmente- si me lo permiten, sólo por hoy. Quiero contarles un secreto.

Una vez más, he caído en la tradición de hacer propósitos de año nuevo. Ya saben, esas promesas que se hacen a uno mismo y no llegan a durar un mes. Me he reservado el día de hoy -dieciséis, mi número de la mala suerte- para reafirmarme en un proyecto que lleva algunos años en mente y pluma. Se trata de mi primera novela.

No era de extrañar que algún día me viniera a la cabeza esto de escribir algo más reposado, más elaborado. Pues bien, éste no es ni el primer proyecto de novela que he tenido en la cabeza. Verán, años ha, fantaseaba con mis amigos una historia fantástica protagonizada por ciertos héroes que eran en verdad proyecciones de nosotros mismos. La idea provocaba explosiones en mi mente creativa, y un día me puse a escribir un desarrollo de los personajes. Al principio no me lo tomé muy en serio, pero con el tiempo llegó casi a las 300 páginas. Observándola con unos ojos de mayor experiencia, me encontré con una novela a medias que al principio parecía un relato de prosa descuidada y iba mejorando a través del largo tiempo, varios años, en los que estuve escribiendo intermitentemente. Aunque la historia era absorbente y de buena emoción, se notaba mucho que mi arte era muy provisional. Mucho que pulir, pero me sirvió para confirmar que si me lo planteaba, podría ser un escritor. Se forjó lo que podríamos llamar la primera versión de un estilo personal como escritor. Salvador Bas v.0.1. La historia fantástica de héroes, titulada Señor y huérfano, quedó incompleta y encerrada en las profundidades de mi biblioteca privada. Quizá algún día la termine, pero sólo por divertimento y para los amigos que me seguían.

Continúo con mi relato. Como he dicho, escribir Señor y huérfano se quedó ahí, y me dejó con ganas de más. Escribí por aquel tiempo algunos relatos cortos, y algún que otro poema por mera distracción. Era cuestión de tiempo de que otro proyecto saliera en escena. Continué en la línea de la fantasía, pero con un toque más oscuro y misterioso. Esta vez iría de magos... pero a la vez no sería una mera historia de magia, sino algo más. Con moraleja. Y por supesto, el relato se originaría sólo a partir de mi imaginario. Así se gestó La peor enfermedad, hace muy pocos años. Si bien no tenía claro qué rumbo tendría mi vida académica, sí que había empezado a dejar claro que mi vida giraría en torno a libros y literatura. Emupuñé la pluma, las libretas y calenté el horno de mi corazón. Así, poco a poco, a un ritmo más tranquilo, la cosa fue tomando forma. Fui trabajando en ella a la vez que estudiaba durante los dos últimos años, aunque muy esporádicamente, con meses de lapso, pero nunca abandonándola del todo. El año pasado ya me propuse terminarla, aunque las complicaciones de mi vida personal fueron abruptas y no le pude dedicar todo el tiempo que quise. Tampoco a éste blog. Estoy muy contento con lo que hecho, de todos modos.

Hoy quiero ir más allá. Amo a mi La peor enfermedad con todo mi corazón, y considero que 2013 es un buen año para, al menos, publicar una novela. Algo que hiciera honor a todos estos primeros años con Señor y huérfano y también a las últimas decisiones de mi vida, destaco mi primer año en el grado de Filología. Podría habérmelo propuesto para mí mismo, pero es bien sabido que los propósitos de año nuevo rara vez llegan a cumplirse. Así que les confieso: tengo gestando una novela fantástica y psicológica, y este año voy a terminarla para que sea publicada. Sea así un inicio de mi carrera como escritor.

Ahora que ustedes, queridos amigos, ya lo saben, les pido que si les ha gustado todo lo que he dejado en este blog, me ayuden. Presiónenme para que escriba y deje la pereza a un lado. Quiero que 2013 sea un año de creación, una creación que pedirá de mí sacrificios varios para dedicar toda mi voluntad a mi libro. Una de las cosas que quiero dejar un poco en el tintero será, lamentándolo mucho, este querido blog. No digo que esto sea una despedida. Publicaré, aunque con menos frecuencia. Vendrán más capítulos de El castillo blanco y algunos delirios relacionados con el proceso de creación de la novela. Seguiré en contacto con ustedes.

Bien, y ahora no me queda otra excusa que ponerme a trabajar. 

Con amor,

Salvador Bas

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